En determinado momento de la conversación telefónica, él le pregunto:
-¿Finalmente vas a ir a la India estas vacaciones?
-Sí, creo que sí. ¿Y tú qué vas a hacer? -preguntó ella, a su vez.
-Yo quería ir a Jerusalén.
-¡Jerusalén...! ¿Qué te parecería peregrinar a Jerusalén en coche?
Y así empezó todo.
viernes, 6 de febrero de 2009
Prólogo
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Y sabia hace tiempo de tus intenciones viajeras. Como idea suena al menos tan divertido como alocado, ya veremos si sale algo, jeje.
ResponderEliminarPor cierto, ¿no es un poco tramposo eso de "no vuelvo a escribir pq blau, blau" mientras abres otro blog? aún así "aceptamos barco".
Hablamos!
Jejejejejeje
ResponderEliminar¡Es verdad! Totalmente tramposo. Pero prometo que en éste no voy a dar opiniones ni a medirme el pene; juro que me voy a limitar a escribir un diario de a bordo :P
jaja menuda trola, te doy dos posts antes de volver a las andadas.
ResponderEliminarY yo que me habia creido lo de fan de mi... :)
Jaja, ya os veo a mitad de camino con el coche echando humo y preguntando a unos campesinos búlgaros por el idioma de los gestos dónde refugiaros de la tormenta que estará cayendo..
ResponderEliminarPodríamos hacer una porra con los kilómetros, yo digo que "0km" :P
Bueno quizás es un poco aventurado decir esto, pero yo confio en que si que empezaran el viaje, por lo menos hasta el primer hostal. Quizás allí les entre la cordura y decidan volver a casa.
ResponderEliminarSi no es así, espero poder seguir con ellos ese viaje a través de este blog.
David, tramposo!!!!