En determinado momento de la conversación telefónica, él le pregunto:
-¿Finalmente vas a ir a la India estas vacaciones?
-Sí, creo que sí. ¿Y tú qué vas a hacer? -preguntó ella, a su vez.
-Yo quería ir a Jerusalén.
-¡Jerusalén...! ¿Qué te parecería peregrinar a Jerusalén en coche?
Y así empezó todo.
viernes, 6 de febrero de 2009
Prólogo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)